En 2009 se formalizaron 84 con niños de origen extranjero y este año 18 frente a las 133 de 2004
La mayoría proceden del Este y Sudamérica, y el proceso se dilata tres años por la burocracia en los países de procedencia
La adopción internacional descendió un 37% de 2004 a 2009. Esta fórmula de prohijamiento surge en los 60 como respuesta solidaria a la situación de miles de niños víctimas de conflictos bélicos. La idea de adopción como una opción a la hora de formar una familia no prende en el mundo occidental hasta poco después, como consecuencia de la disminución de la natalidad y el descenso de la adopción nacional. Pese a la demora en el proceso, en escasos diez años, el Estado español se ha convertido en el segundo del mundo en número solicitudes (3.156 adoptados en 2008), detrás de Estados Unidos, indica Blanca Rudilla, directora de la Asociación para el Cuidado de la Infancia.
Un total de 908 menores han sido adoptados por familias y unidades familiares de Navarra desde 1999. Sin embargo, las adopciones internacionales han caído en los últimos años. El año pasado llegaron 84 menores mientras que en el primer semestre de este año la cifra apenas alcanza una quinta parte, 18. Las trabas en los lugares de origen y la crisis parecen estar detrás del retraimiento en el número de peticiones. «En términos absolutos este año vamos por debajo de anteriores pero hay que ver la evolución que llevan los expedientes a lo largo de los seis meses restantes», admite Loren Albeniz, directora general de Familia del Gobierno foral. En 2004, fueron 133. Respecto a la adopción nacional, en 2009 hubo 53 solicitudes de adopción, se dictaron por el Juzgado nueve autos de adopción y se resolvieron cuatro acogimientos preadoptivos. En 2004 se contabilizaron tres autos.
El número de adopciones nacionales siempre ha estado por debajo de las internacionales. «No obstante, de un tiempo a esta parte, con el fenómeno de la multiculturalidad se ha producido un incremento de familias de distintos países y razas que han venido a convivir con nosotros, y quizás se está detectando un mayor número de abandonos de niños en el mismo momento del nacimiento». A esta situación hay que añadir las dificultades económicas y políticas de los países de origen de los menores, todo lo cual ha podido influir en el incremento del número de adopciones nacionales. «Son tendencias que venimos observando pero que tampoco las podemos dar como cerradas.
De hecho, China es un país que en este momento está resolviendo expedientes que llegaron en 2006 porque tiene un colapso importante», matiza Albeniz. «Lo que es cierto es que el boom que se detectó en los años 2005 y 2006, incluso 2007 y 2004 se ha estabilizado, pero porque se tenía que estabilizar. Las circunstancias socioeconómicas por las que estamos atravesando pueden tener incidencia, ya que un proceso de adopción internacional supone desembolsar cantidades importantes», precisa.
También hay países que se encuentran en situación «delicada» como Nepal o con los que hay que tener «cautelas» como ocurre con Vietnam o Etiopía y que «pueden estar ralentizando la llegada de expedientes». Los principales problemas y atascos se producen en el país de origen.
En la Cartera de Servicios Sociales de Navarra el plazo son seis meses desde que se registra la solicitud hasta que se resuelve la «idoneidad». A partir de ahí, el expediente se pone en manos de la ECAI y el plazo de resolución lo marcan los países. Lo cierto es que no hay «ningún expediente resuelto en menos de tres años». Si transcurren tres años la idoneidad caduca. El baremo viene siendo el «orden de llegada de la solicitud». Los adoptantes deben ser mayores de 25 años y menores de 60, si bien los países «marcan mucho y algunos limitan hasta 40 o 50 años».