AFADENA SE ADHIERE AL COMUNICADO DE LA VOZ DE LOS ADOPTADOS EN RELACIÓN AL MONÓLOGO DE ANA MORGADE EN EL CLUB DE LA COMEDIA

A raíz del monólogo que se emitió recientemente en el programa de humor «El Club de la Comedia» la asociación de personas adoptadas adultas La Voz de los Adoptados ha emitido un comunicado que suscribimos en AFADENA punto por punto. Reproducimos aquí el texto del comunicado.

A propósito del monólogo emitido en el Club de la Comedia de la Sexta.

Asistimos al monólogo pronunciado por Ana Morgade, en el Club de la Comedia de la Sexta y a las risas de un público entregado de quien desconocemos si realmente son conscientes de lo que significa ser adoptado y con ello ríen y disfrutan de tópicos que pueden ser dolorosos y complejos, todo ello, en apenas 3 minutos y 50 segundos.

El humor, a veces, puede basarse en situaciones absurdas, ilógicas, sin sentido y/o exageradas, pero en esta ocasión, aquello por lo que el público ríe y encuentra gracioso por absurdo o exagerado, por desgracia, es muy real y demasiado habitual. Lamentablemente algunas personas se acercan así a la adopción, con tanta frivolidad y falta de sensibilidad, sin importar lo que los hijos, esos de «segunda mano» y «sin garantía», podamos sentir.

Nos preguntamos ¿dónde están los límites del humor? ¿se puede hacer humor de cualquier cosa? Podríamos entender el monólogo en cuestión como una parodia de ese tipo de personas que llegan a ser padres por adopción, como un reflejo de sus propios miedos, incluso podría leerse como una crítica, una burla de la gente que razona de esta manera y que como ya sabemos, no es poca.

Se pueden hacer muchas lecturas e interpretaciones de un monólogo como este, podría ser una crítica a la sociedad que entiende la adopción desde esa perspectiva, o a los padres que se acercan a la adopción desde motivaciones inadecuadas, pero el humor puede ser también una herramienta para minimizar una realidad.

La adopción es una medida de protección para todos aquellos menores declarados en situación de desamparo. La mayor parte de los menores que son adoptados han sufrido un abandono o pérdida que les imposibilita la garantía de crecer en un contexto familiar de origen y la adopción se lleva a cabo precisamente, para facilitar que el menor pueda crecer en una familia que tenga la capacidad y aptitud adecuadas para hacerse cargo de un menor que ha vivido tan dolorosa experiencia.

Podría resultar gracioso si la adopción estuviera normalizada y los hijos adoptivos no fuéramos realmente considerados hijos «de segunda mano». El problema es cuando esas frases que pretenden ser graciosas se utilizan para ironizar o ridiculizar. Si es así, maldita la gracia que hace que se utilice el término «hijos de segunda mano» porque muchos, lo somos.