Un informe denuncia ventas de niños en la guerra en Guatemala

Al menos 333 niños y probablemente miles más fueron secuestrados por las fuerzas de seguridad de Guatemala y vendidos en el extranjero durante la guerra civil de 1960 a 1996, reveló el jueves un informe del Gobierno.

Soldados y policías asesinaron a los padres de los niños, mintieron sobre cómo los habían encontrado y los entregaron a orfanatos estatales para que fueran vendidos a padres adoptivos en Estados Unidos y Europa, dijo el informe, sustentado por archivos gubernamentales. Los archivos del departamento de bienestar social de la Presidencia muestran a cientos de niños cuyos padres fueron asesinados por el Ejército o que fueron arrancados por la fuerza a sus familiares, y luego entregados en adopción con documentación falsa.
«Algunas personas involucradas en la organización de estas adopciones convirtieron el proceso en un negocio lucrativo, y con eso en mente le dieron prioridad a las adopciones internacionales», dijo en una rueda de prensa Marco Tulio Álvarez, director del archivo y autor del informe.
Al final de la guerra en 1996, Guatemala era la segunda mayor fuente de niños para adopciones internacionales, por detrás de China, pero los números han disminuido a raíz del endurecimiento de las reglas de adopción ordenado por el Gobierno en 2007. Los investigadores estudiaron 333 casos para este informe preliminar de las adopciones durante los años más violentos de la guerra -entre 1977 y 1989-, después de que los archivos fueran abiertos el año pasado por el presidente Álvaro Colom.
Cerca de 250.000 personas, en su mayoría indígenas mayas, murieron durante la batalla entre varios gobiernos derechistas y los insurgentes de izquierda, que concluyó en 1996 con un acuerdo de paz respaldado por Naciones Unidas.
Grupos defensores de derechos humanos esperan que docenas de personas puedan ser sancionadas gracias a este informe. Se sospecha que podrían existir miles de casos similares pero poca documentación sobrevive como prueba.
Bernabé Gutiérrez tenía tres años cuando su madre fue asesinada por soldados y su padre huyó hacia México en 1980. El y sus tres hermanos fueron cuidados por un sacerdote local, luego separados y dados en adopción. «(Estoy) muy triste, destrozado, porque es inaceptable que personas entren armadas y le quiten la vida a personas indefensas», dijo Gutiérrez, que se ha reunido con algunos miembros de su familia biológica, pero no así con su hermano menor que no ha sido localizado.
Un grupo de expertos trabaja en digitalizar y publicar el contenido de un enorme archivo policial que fue descubierto hace cuatro años en las afueras de la Ciudad de Guatemala en una bodega abandonada. Los documentos estaban maltratados, cubiertos de polvo y desechos de ratas y murciélagos.
El archivo, que contiene desde infracciones vehiculares hasta órdenes de aprehensión, podría ayudar a llevar ante la justicia a ex policías que cometieron abusos, asesinatos y desapariciones forzadas durante la guerra.

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